domingo, 28 de septiembre de 2014

En el capitalismo el trabajo voluntario engorda dueños de bancos

Por ejemplo, ésta cerca está dañada. Vamos a venirnos voluntariamente doscientos carajos a reparar todo esto. ¿A dónde va a parar toda esa plusvalía de doscientos carajos trabajando para reparar esta cerca? a un banco privado de este país, porque es plata que se recuperó, porque es fuerza y energía de la gente que es quien produce plata, quien produce plusvalía; es dinero incluso que dejaron de sacar del banco para pagar obreros, entonces el banco obtiene ese beneficio que doscientos carajos le regalamos de un día de trabajo, a un miserable banquero. “¡Que de pinga el trabajo voluntario!” dice el banquero, “¡que viva el trabajo voluntario!”, dice.

¡No! el trabajo no puede ser voluntario hasta que la sociedad no elimine a quien se apropia de la fuerza de trabajo del trabajador. No se puede trabajar voluntariamente y cada día hay que cobrarle más caro al capital, porque esa verga no es suya, eso nos lo roba a nosotros. La otra discusión sería ¿Qué hacer con esa plusvalía? porque entonces vamos y se la devolvemos al mismo capital que nos la roba, consumiendo cuanta vaina sale al mercado.

Entendemos el sentido de lo que decía el Che sobre el trabajo voluntario, como ejemplarizante, por el contexto en el que el loco estaba, para no burocratizar a los trabajadores, y tratar de crear la otra ética, pero la otra ética, no aparecerá sino cuando se construya la otra cultura. Eso no dice de la existencia de gente que se consagra a una idea pero esa son excepciones, no la regla. Por eso la discusión no está en si es funcionario, si es médico, si es general o heladero, se trata del valor del trabajo, quién lo genera y quién lo usufructúa.

En la sociedad actual, en la cultura capitalista, cada gota de energía que sale de un trabajador, no importa su especialidad, el sitio donde se gasta, el objeto que se produce o la tarea que realiza, es una gota de energía que va como riqueza a las arcas del capitalismo, no importa de qué forma, por el simple hecho de mover la maquinaria, cada vez que los trabajadores accionamos en la producción, movemos a la maquinaria capitalista y esta produce riquezas; se entiende que esta vaina esté jodida, que no esté reparado, pero no podemos decir a los trabajadores a la ligera: colaboren con la revolución, somos revolucionarios, vamos a reparar la vaina, el jefe cobra, ustedes no.

“Está bien”, dice el trabajador, porque él viene de ocho horas de trabajo aquí en la empresa, “pero es que ¿tú me vas aumentar el sueldo? ¿o es que yo voy a poder decidir qué hago y qué no hago aquí?”, no compañero le van a responder, “porque usted sabe que la empresa”, ¡ah! ¿La empresa? ¡Ah! ¿Y los banqueros? ¿Y le vamos a regalar el sudor a un banquero? ¿A un ladrón, criminal?, nosotros  revolucionarios ¿le vamos a regalar la mano de obra a un criminal, a un ladrón? porque eso es lo que hacemos, guardar la plata en los bancos en vez de sacar la plata rápido y diseñar pueblos y talleres donde los trabajadores discutamos, hablemos y veamos películas y nos instruyamos y cantemos, que sintamos la motivación de trabajar por la vida, con un método controlable por nosotros y no por los banqueros. Pero ¡no! ¡Hay que cuidarle la plata a los dueños! Hay que tener claro que en medio de esta revolución o financiamos el socialismo o nos quedamos administrando el capitalismo y ¡ya!

Está bien, ellos son los que se la cogen, usted le da un latigazo a un ganado aquí, saca un pedazo de monte, prepara cualquier cosa, y esa fuerza suya va a parar a la bóveda de un banco. Usted dirá pero ¿cómo? cuando nos dan la cesta ticket, cuando nos pagan el salario, cuando compramos en la bodega, todo el dinero va para un banco al final. Los bichos no invierten medio sin que se lleven tres reales. Nos dan salarios para que subsistamos y ellos se quedan con la gran tajada que nos roban, legalito, normal, como si nada.

Los trabajadores en revolución debemos invertir, con conocimiento de causa, nuestra fuerza en aquello que inventemos, no en reparar al capitalismo, debemos trabajar por otra cultura, en donde la energía no sea más para los dueños, sino para enaltecer a quien genera el sustento y no a quien se lo roba. Como clase debemos tener conocimiento de que existimos y nos esclavizan, pero que si nos constituimos como fuerza con conciencia, podemos abandonar la cultura capitalista y prepararnos para crear otra y ahí sí podemos entregar hasta la última gota de energía, sin esperar que nos paguen el miserable salario que por muy bueno o abultado que sea, no es nada dignificante o enaltecedor.

El Fulano Empleo

Cuando vemos a los dueños defendiendo una vaina, lo primero que deberíamos hacer es sospechar de lo que defienden. Por ejemplo, cuando sale el presidente de esos carajos, de los empresarios, diciendo que el gobierno debe crear fuentes de empleo, que fortalecer la empresa privada es generar puestos laborales, debiéramos preguntarnos: ¿De qué sirve esa idea de dar empleo?, ¿en qué consiste?, ¿qué implica?, ¿qué cultura sostiene?, ¿qué modelo productivo? no podemos seguir pisando ese peine de que el gobierno da o debe crear fuentes de empleo, porque eso implicaría que basta con tener capacidad de consumo y consumir que jode para ser una sociedad “próspera”, según sus indicadores. Pues mientras se consume, se justifica la empresa que nos vende, obtiene ganancias, crece su negocio y, por lo tanto, habrá fuentes de empleo. Pero eso con lo que contribuye es con el modelo de producción que sustenta la propiedad privada, la esclavitud, el escoñetamiento de la vida en el planeta en el nombre de la libertad de los dueños. La tarea de la clase es crear las condiciones para abandonar esta cultura y pensar una donde seamos gente con gente, con otras reglas de juego, con otras maneras de producir y relacionarnos.

En esta revolución debemos discutir la idea de cómo establecer otra relación, otra cultura, otra manera de producir, de obtener los bienes que no sea sustentado en la entrega de plusvalía[1], por la obtención de un salario, porque siempre va a favorecer al capitalismo. Y eso hay que asumirlo como propuesta, pensarlo, hacerlo viable, porque no se trata de la demagogia de la tarjeta “mi negra”, “la gotica e petróleo que todos nos merecemos”, como decía el filósofo del Zulia que se lanzó y se estrelló contra nosotros. Y no se trata de eso porque no es cualquier gobierno, sino uno en el marco de una revolución, que entiende que está administrando la plusvalía que los pobres producimos y si lo que se quiere es abandonar el capitalismo, debe ser planificada la entrega nuevamente de la plusvalía a los trabajadores.

Para eso se debiera preguntar: ¿bajo qué condiciones?, ¿en qué se va a invertir?, ¿qué se va a financiar? porque no puede ser para que nos den dinero para que sigamos siendo esclavos, de la compra compulsiva, para imitar al dueño, creyéndonos libres porque gastamos el dinero que nos dan, jugando caballo y drogándonos con cualquiera vaina que el capitalismo nos vende.

Sabemos que no es a los coñazos que esto se establece, porque el capitalismo es una idea que se volvió física y no podemos caerle a mandarriazos a un concepto, una idea se sustituye con otra, no con golpes. En este concepto en el que vivimos sabemos que somos esclavos, que soñamos como amos y que defendemos nuestro derecho a ser esclavos, corriendo tras la zanahoria que nunca se alcanza, con la esperanza que nos da el salario o con lo que creemos que coronamos porque estafamos a alguien. Por eso no podemos hacernos los locos con la matriz del capitalismo, el aparato productivo, si sabemos lo que sabemos entonces nos toca abandonar y pensar, experimentar y construir la otra cultura como cuerpo físico.

Lo contrario es buscar salvarnos y salvar gente, pero para seguir siendo esclavos, como que si esa vaina fuese vivir.

Látigo

Andan buscando látigos públicos y privados
andan preocupados defendiendo a quien los esclaviza 
quieren camisas con insignias y sus nombres
sus códigos de barra y números de la factura
piden más estructura, mas poder sobre sus lomos
piden plomo pa su gente y más agentes policiales
andan buscando reales y créditos bancarios
quieren un town house perfecto y también el carro del año
es normal para nosotros que otros nos representen
que digan esta es mi gente
te los vendo, ¿cuánto tienes?¿cuántos quieres?
háblame tengo energía de la buena
energía de joven, pobre, aspirante y competente
Andan buscando jefes, rectores y directores
buscando darle colores a tiempos negros y oscuros
inventándose conjuros, y crear látigos nuevo
y algunos están seguros de cambiar el mundo así
sí póngase a creé que está gordo y no come, no me discuta joven usted anda buscando látigo
el tiempo pasa rápido, ¿qué esperas?, ¿jubilarte?
¿esperar tus prestaciones?, ¿achantarte?
¿a recordarte de lo que pudiste hacer y no lo hiciste?
Pues siempre insististe en defender los látigos de ellos
piden soga pa su cuello, bien boleta más trabajo
andar bajo órdenes de burgueses de escritorio
Mi mamá parió fue un hombre, no parió mano de obra
pues en este suelo sobran, los que no han notado eso
piden un látigo esbelto, bien bonito y carismático
piden que más dogmáticos nos sigan alienando
educando con teorías que no sirven pa crear
sino para maquillar ese cadáver que ya hiede
andan buscando héroes y capital popular
andan pidiendo a gritos, sindicatos y contratos
pero nadie pide al jefe que le diga cómo va esa producción maldita
que acaba con nuestras vidas, física y mentalmente
diariamente y cada rato, pues el trato es simple y claro
si no trabajas no comes
De una minoría en contra a ese combo pertenezco
a la parranda de insurrectos
que tan claros cómo es esto
los del lomo escoñetao y las manos explotadas
los de la cara cortada por un disco de esmeril
los que estamos aquí y venimos de allí
conocemos la arrogancia y prepotencia de los dueños
y cómo no saber de eso si sus sueños los hicimos
a punta e látigo, salario, prestaciones, cesta ticket
viste que es muy triste, no es coba que eres esclavo
lo que pasa es que hay mil normas que nos tienen confundido
el látigo, el despertador a las cuatro e la mañana
levantarse de la cama mientras el jefe duerme
látigo sus actitudes, creyéndose los mejores
creyendo ser salvadores, por estar esclavizados
Látigo las academias, látigo las fabricas
látigos todos sus métodos hechos pa dominá
Látigo las academias, látigo las fabricas
látigos todos sus métodos hechos pa dominá
Látigo las religiones, dogmas, sectas y partidos
látigos son esos dueños que siempre nos han jodido 
Látigo las religiones, dogmas, sectas y partidos
látigos son esos dueños que siempre nos han jodido.



[1]Anualmente mueren dos millones veinte mil personas por enfermedades causadas directamente con su trabajo y otras trescientas cincuenta mil morirán por accidentes laborales.

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