viernes, 26 de septiembre de 2014

De la fábrica a internet: consecuencias de la guerra.

Miremos cómo es la vaina, la fábrica también es una consecuencia de la guerra, incluso en el plano de la confrontación bélica, pero en la medida en que la fábrica se complejiza y no hay confrontación armada, tiene la necesidad de seguir funcionando y se generan entonces necesidades que no se tienen. Por ejemplo: nosotros ubicamos que entre 1750 y 1800 hay una euforia en Europa y EEUU increíble, la gente comprando mierdas, haciendo vainas, viajando por todas partes, consumiendo, y era incipiente la fábrica, porque la fábrica todavía era textil, naviera, la básica.

La fábrica todavía era para la guerra directa, frontal, eso es lo primero que se desarrolló. Si nos ponemos a ver las primeras fábricas, son la industria de la guerra criminal, es de imaginarse entonces que la primera fábrica textil habrá hecho uniformes para los ejércitos, industria de barcos para la armada, fábricas de armas, y así sucesivamente.

Y la gente que no era soldado se vestía con lo que hiciera, la ropa con la que salían era hecha en casa.

Después se instalan las ciudades en los sitios conquistados por los ejércitos. Donde construyen los cuarteles, se desarrolla la ciudad en su entorno y comienza a pensarse en el disfrute del botín y la preparación para evitar que se les arrebate y se piensa en la posibilidad de obtener nuevos botines. Entonces hay que crear una carretera que vaya bien lejos, que atraviese ríos, montañas, para llegar más rápido o para evitar que entren los enemigos. La historia de una tecnología que fue desarrollada para la milicia siempre.

En ese orden vemos en la actualidad el internet. El Internet es un arma, fue creado como tal, es un arma de guerra, que mucha gente piensa que fue tirada inocentemente a la calle para que adquiriéramos conocimientos, pero la realidad es que es un mecanismo para obtener información masivamente, porque los mecanismos de espionaje ya no pueden llegar a sitios, donde incluso se hablan en nuevos códigos.

Miremos cómo los tipos venden la vaina: cuando termina la guerra fría en el ochenta y pico que es cuando comienza a tirarse esa vaina para la calle, los carajos dicen que es que Estados Unidos fue descubierto por la vaina de la guerra espacial y que bueno que ellos ya no necesitan Internet y que por eso lo tiraron para la calle y lo usa todo el mundo y que dan un gran aporte de los militares norteamericanos, pero resulta que no, ellos lo que tiraron para la calle fue un sistema de espionaje, ellos espían en este momento a toda la gente y a todo el que tiene acceso a Internet, sobre el supuesto de que la gente se informa,

Pero en el norte cierran facebook y llevan presa gente cuando les da la gana de buscarlos y rastrearlos porque los tienen a la mano. El gran beneficio para ellos no es que nos metan presos o no, es el coñazo de información que reciben de nosotros, es control lo que buscan. Millones y millones de tipos del planeta pensamos, pero pensamos de manera individual, ellos usan ese pensamiento, por eso vemos que todo lo que se diga aquí en facebook “es mío”, dice el dueño de facebook, entonces cuando entramos, nuestros derechos se los endilgamos al tipo, uno no abre una cuenta así, lo que pasa es que nadie se da cuenta y nadie lee el contenido, pero eso lo dice ahí: “ya usted sabe que todo lo que diga aquí, o invente, es mío”, te lo dice de manera directa el tipo.
Eso en ese uso vulgar, pero en el uso militar, los tipos absorben porque hay cada gente que piensa, no se lo puede decir a nadie, nadie le para bolas y lo dicen por ahí, porque no puede quedarse con la idea, sino se volvería loco repitiendo lo mismo; entonces lo escribe por facebook. Algunos escribimos estupideces parejas, pero hay gente que no, por facebook, por correos, por páginas, gente que tiene ideas y las pone por ahí, esos tipos agarran todas esas ideas, tienen equipos de trabajo que analizan toda esa vaina, son galpones llenos de gente. montados en computadoras, analizando temas, si los carajos utilizaran toda esa información para resolver el problema de las personas en términos planetarios, lo harían cagados de la risa, porque la tienen, pero como ese no es su interés no lo hacen.

Porque su objetivo es mantenerse en la lógica de la guerra y usan lo que les conviene, lo demás lo desechan, porque ninguno de nosotros tiene ni los software. Los que dicen el software libre, ¿tú eres marico?, ¿acaso inventamos la computadora?, ¿el hardware que llaman?, ¡no! no tenemos nada de eso, software es el programa y el hardware es el aparato, el físico, donde está inserto el programa, eso no lo inventamos nosotros, el teclado es hardware y el word es software, la computadora es el hardware, eso no lo inventamos, ni las redes, ni el facebook, nada de eso, entonces no podemos ser libres, eso es una mentira, ni porque inventemos otro, porque eso ya está listo. ¿Qué son herramientas que usamos, en el marco de la guerra en que estamos? Sí, pero de ahí a pensar que usarlas de tal o cual manera nos hace más o menos libre, es caernos a coba.

Por eso, el origen de la fábrica, la fábrica en sí misma y sus consecuencias, deben ser cuestionadas en las conversas, porque si no, no podemos inventar la cultura que sustituya la cultura capitalista, sustentada y originada por la guerra.

Demos el salto, todo arrecho es soldado.

Todo arrecho es fácil que termine de soldado, esa es la conclusión. De soldado está la historia llena, lo arrecho es conseguir pensadores, eso sí es arrecho. Soldados no, soldados sobran todo el día, tipos que se caen a coñazos por lo que sea, sobran. Nos paramos en la esquina a comprar soldados y se llenan camiones, arrecho es conseguir pensadores, tipos que puedan tener una idea que no esté vendiendo nada. Como Chávez, era soldado y decidió ser pensador. He ahí un ejemplo.

Entrar en la guerra es la vaina más fácil de este planeta, porque es un planeta en guerra, solo que no estamos en la línea de fuego en este instante. Nosotros no estamos en la línea de fuego, es lo único que está ocurriendo y lo estamos hablando aquí. Pero estamos en guerra y, aún más desde el año 1989, estamos declaradamente en guerra, sólo que nosotros no estamos en la vanguardia ni en la trinchera.

La interrogante es esta: ¿nos queremos ir a la trinchera para que no nos asesinen?, es como extraño ¿no? que nos queramos ir a una trinchera para que no nos asesinen. Nos compramos unos uniformes, compramos unos hierros, y andamos mosca, pendientes ¡Coño! todos los días en el planeta entero matan ministros, jefes de mafias, jefes de policías, todos los días quiebran gente en este planeta. Gadafi, un arrechísimo el tipo como militar, lo mataron. La pregunta es si nosotros vamos a ser más arrechos que Gadafi con armas.

¿Te va a proteger un arma del capitalismo? Es una pregunta que nosotros tenemos que hacernos. En cuanto a las posibilidades de sobrevivir ¿hay más con el arma que sin el arma? Hay menos posibilidades de sobrevivir con el arma. Cuando tenemos un arma ya mentalmente estamos conectados al enemigo y somos el enemigo, automáticamente nos volvemos el enemigo, cuando peleamos con alguien, nos volvemos él. Pero no le paramos bolas a nada de eso y pretendemos ser los más arrechos, los guerreros y criticamos a Gadafi porque fue cobarde y a Maduro porque es blandengue.

Todo aquel que critica y condena el poder, generalmente termina siendo poderoso. Por eso dejemos el poder ahí y pensemos una cultura distinta, la clase está históricamente obligada, estamos obligados a eso, lo demás es andar comiendo flores por ahí o soñando que si le damos un tiro al presidente de los EEUU o a tal mierda, se acabó el capitalismo. Que si derrotamos a no sabemos quién, que si acabamos con unos barcos de la flota del ejército del sur, olvidémonos, por esa vía estamos perdidos.

Los pueblos en la lucha de clases nos hemos alzado permanentemente  y todos los días nos hemos caído a coñazos, nunca el planeta ha estado en paz desde que apareció la historia de la lucha de clases. Averigüemos, todos los días del mundo hay una guerra en el planeta, busquemos, saquemos la cuenta en los periódicos, todos los días está una guerra instalada en el planeta.

Una guerra necesita bandos. Por eso es que aún existen las confrontaciones bélicas, sabiendo que los dueños tienen bombas que pueden escoñetar a cualquier país de un sólo coñazo, juegan al tiro pa' allá, tiro pa' acá, invasión aquí, explosión allá; porque les dinamiza el mercado bélico, la industria de las armas, que genera inmensas cantidades de dinero.

Aprovechemos los respiros que nos da no estar en la línea de fuego de esta guerra global y pensemos eso.

Un respiro en medio de la guerra. Aprovechémoslo.

Estamos en la guerra, no estamos fuera de la guerra, pero el planteamiento es este: Si queremos estar en la línea de fuego, entonces nos compramos el arma o la fabricamos o lo que sea y nos ponemos en la línea de fuego y estamos alerta ahí y nos entrenamos y nos ponemos a matar gente y bueno siempre mosca que no nos vayan a quebrar. Eso parece de pinga.

Ahora, nuestra situación es que estamos con un respiro en medio de la guerra, a pesar que nosotros estamos muertos, que desde hace muchísimo tiempo, nosotros lo que somos es cadáveres ambulantes, porque fuimos pensados, nosotros no nos hemos pensado nunca y ahí es donde debe estar el esfuerzo que hacemos.

¿Es posible interrogarnos sobre esto? por ejemplo, ¿estamos nosotros en capacidad de soñar a otros, como nosotros fuimos soñados alguna vez?, nosotros fuimos soñados como esclavos, ¿estamos nosotros en capacidad de soñar a otros, de otras generaciones, que no sean esclavos?, ¿es posible soñar a unos que no vivan como esclavos?, ¿otros que no estén en la guerra?, ¿otros que no estén permanentemente apuntados por la pistola, por la fábrica, todos los días que se levantan, como estamos nosotros?

¿Nos ponemos a leer la biblia?

Si nosotros no usamos el cerebro para pensar eso, igual a nosotros nos van a dar un tiro, tengamos la pistola o no la tengamos, nos montemos en la jugada o no nos montemos. Pero ¿qué es lo que decimos?, quien quiera ser soldado de primera línea, bueno asuma eso. Y eso no se discute aquí en colectivo. No se discute porque esa es una vaina demasiado seria como para estarla discutiendo en colectivo, entonces esa es una opción.

Ahora quien quiere profundizar y echarle bolas y ponerse dispuesto a que le digan loco por imaginar de otra manera, por soñar de otra manera, por pensar de otra manera, de pinga. Sin querer decir que asuma el dato cristiano de poner la otra mejilla, no, un tipo nos da un coñazo y tenemos que clavarle un coñazo, pero no podemos andar cazando tipos para darles coñazos por gusto. Tenemos es que andar pensando, construyendo, imaginando, porque nosotros estamos trabajando, ya no para nosotros. Ya no hay opción de que cambiemos, no es posible.

¿Para qué vamos andar imaginando heroísmos?, ¿sacrificios?, nosotros estamos soñando para unos carajos que no los vamos a ver nunca, pero que los imaginamos caminando,  haciendo casas, tirando, cagando, amaneciendo, pescando, comiendo, cantando, sembrando, sin la preocupación de que alguien los joda, sin la preocupación de desconfiar del que tienen al lado. Porque conocen al otro, sin miedo, sin hambre, sin ignorancia.  Porque de alguna manera vamos a vivir en esos seres, porque como somos la vida y estaremos de alguna manera, aunque sea como la brisa acompañando a esos seres.

Estaremos dentro de esa cultura viviendo, ya no como esclavos sino como vida entre seres vivos. Nos referimos a eso, que nuestra inversión ahorita tiene que ser el pensar, que no se apropie el miedo de nosotros. Nosotros sufrimos de tres vainas claves que nos hacen esclavos: hambre, miedo e ignorancia; son las claves de la esclavitud. Cuando dejamos de ser ignorantes, cuando dejamos de tener hambre, cuando dejamos de tener miedo entonces hemos muerto y con nosotros muere la cultura ego, la cultura individuo, la cultura mercancía, porque nosotros nunca vamos a poder ser de otra manera. Y entonces nace el otro que hemos soñado en otra cultura, que, en este caso, nos la imaginamos como la cultura de lo colectivo.

¿Cómo nos vemos a nosotros mismos? nos vemos con arrechera, con ganas de defendernos, de agarrar y reventar gente. Imaginémonos un preso que lo que carga es un arrecherón encima, que lo que tiene es un odio y quiere comerse al planeta por lo que le han hecho, porque lo han escoñetado toda la vida y ¿vamos a poner a ese carajo a que ande dando besitos por ahí? ¿A que se ponga a leer una biblia?

¡No! ese tipo, si algo podemos hacer, es señalarle que pertenece a una clase y que tiene un enemigo y que los tiros no se los puede estar tirando a su misma gente, sino a su enemigo real, al que lo construyó como tragedia y a ese la única manera de eliminarlo es dejando de sostenerle su mundo, su riqueza.

Un vulgar anónimo

Nosotros, todos los que estamos aquí, cargamos un arrecherón por dentro, también somos ese preso, con ganas de comernos a los que sabemos que la inventaron, esta gran cárcel que se llama capitalismo y que jodieron la vida, pero resulta que los tipos que inventaron esta mierda hace rato que se murieron. No hay manera de vengarse. Con todo el odio, toda la arrechera que podamos tener, nuestra venganza es eliminar, barrer, derrumbar la construcción de los hijoeputas. Canalizar el odio hacia la opción de eliminar el sistema, no a los individuos.

Si matamos a un rico, nacen dos ricos, matamos diez ricos, nacen diez más, para que los herede. Es como alguien que dice que hay que acabar con el ejército burgués para que la revolución avance. Nosotros decimos: dentro de ese ejército ¿cómo sabemos quién es burgués y quién no es en medio de la revolución? Lo único que va a definir al ejército que nosotros tenemos es la guerra. Quienes están del lado de esta clase y quienes están del otro lado, porque ellos pueden pararse ahí “viva el socialismo mi comandante en jefe, sí al socialismo mi comandante en jefe, de pinga mi comandante en jefe”, pero de ahí sale el tipo para un bingo, la mujer está comprando guevonadas, están viviendo su escualidismo esencial.

Entonces la guerra es lo que va a definir de qué lado va a estar una parte de ese ejército y a esa parte de ese ejército se supone que nos sumaremos nosotros. Pero eso lo va a definir la guerra. Ahora supongamos que nos invaden los gringos, en un plano distinto al que ya estamos invadidos por ellos (del consumo y la estupidez), de forma bélica, armada y se metieron en esta mierda, la vaina física, la bomba en el lomo, la napalm que te quema, la mierda esa que están haciendo ahorita que te explota ¡POOO! y te disparó pal coño. Supongamos que llegó esa mierda, nos metimos en ese peo y nos mataron en la vaina. Morimos heroicamente o cagadamente, haremos franelas y vivan los héroes.

Ta' bien, la pregunta es esta ¿qué pensamiento dejó este muerto para después que terminara esta guerra?, ¿Qué idea soñó? ¿Dónde está? ¿El puro ejemplo de morir? de esos hay millones que han muerto, pero no han dejado ni una palabra escrita, ni una canción, ni un poema, ni una pintura, para que alguien se guíe y diga, “a ese lo mataron por este sueño”, un vulgar anónimo.

Somos millones en la clase, anónimamente muertos, por objetivos de otros, por pensamientos de otros. Nosotros estamos muertos, esta es la clase que va a llevar coñazo por el lomo cuando aquí se presente la chiquitica. Ahora, ésta, la clase jodida ¿dónde vamos a invertir nuestro mayor esfuerzo? es la pregunta. Nosotros tenemos una cabeza, dentro de ella tenemos cerebros, ¿qué vamos a hacer con ese coñazo de sueños?, ¿de pensamientos?, ¿los vamos a sacrificar esperando un tiroteo? ¿Detenemos todo lo que hacemos por armar una vaina militar?

Porque eso necesita inversión, armar una vaina militar necesita veinticuatro horas al día. Además, para que no te la descubran, debes conseguir leales, porque la guerra necesita leales que no piensen, tienen que ser leales, ellos no pueden pensar nada, un soldado no puede pensar, soldado que piensa bota la pistola, así de simple, o se la roba, o la vende por ahí para seguir pensando, pero no va a hacer la guerra, un soldado que piense no hace la guerra. Así de simple.

Un soldado que pensó

Ahí tienes a Chávez, un soldado que pensó y se dedicó a hacer política y mira todo el ejemplo que legó. Siempre maniobró la guerra, la evitó, diluyó el odio, no por cobarde, porque cuando tenía que decir tres vainas las decía, sino porque sabía que para construir otra cultura se requiere de tranquilidad. Así como hizo el actual directorio revolucionario en el gobierno, ante las actuales situaciones, sabían que la guerra civil no iba a profundizar nada sino más bien nos iba a condenar más al capitalismo.

Además, para hacer la guerra necesitamos soldados y tienen que ser leales y a esas personas hay que alimentarlas todo el día, porque soldado con barriga vacía no pelea.

Otro ejemplo, si tenemos un peo en el barrio y un tipo está ladillando, el jíbaro o el paco, el guardia nacional, ¿Vamos a dejar que el tipo nos escoñete? veremos un mecanismo para quitárnoslo del lomo, por lo menos en lo inmediato, eso es una cosa, a que armemos un cuartel para caernos a tiros, porque el capitalismo y que nos va a joder. ¡No! el capitalismo nos mató hace rato, no nos vamos a salvar de esa jugada.

Cuando la idea se vuelve virus

Ahora, donde nosotros sí tenemos que invertir las veinticuatro horas es en pensar. Porque a los pobres no nos recuerdan por morir en las trincheras, sólo recuerdan a los generales, que siempre quedan vivos, porque nunca van a pelear a las trincheras. Y les hacen estatuas, les hacen cuadros y ellos son los que van a aparecer en la jugada siempre. Nosotros: Anónimos. Ahora, una clase que piense, va a escribir su propia historia, ahí dejaríamos nosotros de ser anónimos, se acabarían los museos, hasta ahí le llegaría la historia a la burguesía. Pero tiene que ser un pensamiento que le vaya en paralelo, que no los enfrente, porque cuando lo enfrentamos caemos en su terreno, nos volvemos él y como él es más viejo que nosotros, sabe cómo jodernos y nos jode más rápido. ¿Qué no nos puede joder echándonos tiros porque somos muy arrechos? nos manda un vicio. ¿No nos gustan los vicios? métale plata. Algo nos gusta y esa se la va a saber el capitalismo.

Y cuando no tenemos caída como el caso de Chávez, lo envenenan, le meten una enfermedad y listo. Porque el tipo es más viejo que nosotros: “más sabe el capitalismo por viejo que por capitalismo” Entonces el capitalismo es más viejo que nosotros, sabe es por viejo, no es una casualidad que gobierne el planeta. Imagínate que los comunistas intentaron, durante ciento cincuenta años, y ahí están, se devolvieron para el capitalismo otra vez, los jodió el capitalismo y esos están armados hasta los dientes: los rusos, los chinos, los cubanos, armados hasta los teque-teques. (Repetimos que no es condenar a los pueblos ni a sus líderes por sus acciones, es la realidad y en este marco revolucionario debemos estudiarla).

Pero ¿pudieron contra el capitalismo? No pudieron; porque no es contra, es en paralelo, es abandonarlo, no desear nada de él, porque el que pelea contra él, desea, en últimas, lo que él ostenta, lo que él posee: títulos, comodidades, admiraciones, reconocimientos, propiedades, señoríos, todas sus mieles. Por eso miles de guerrilleros, izquierdistas, progresistas, vainaconvainistas en el mundo, terminaron muriendo en la orilla, siendo felices, inflado su ego, con una agregaduría cultural, un libro publicado, una dirección en cordiplan, un curul en el congreso, un tarantín en la OEA, un centro de estudios de cuatro escuálidos ladillados, una ONG pro-derechos humanos, humanistas, burgueses, una cuenta en el banco con crédito y, los más rebeldes, que no se quieren poner viejos, un bar costoso, con fotos del Ché Guevara. Por eso, lo único es crear otro pensamiento que vaya en paralelo, que cree otro sistema, porque son sistemas que se imponen, un sistema es una idea que se constituye.

Por ejemplo, antes de que un sombrero existiera, fue una idea, el sombrero no es natural, fue una idea, un chinchorro fue una idea, los zapatos, las botas, primero fueron ideas, usted acaba con esa vaina y listo, pero la idea de la bota está en la cabeza y se puede reproducir una bota,  un chinchorro, un sombrero. Entonces podemos quemar botas, chinchorros, sombreros, lo que queramos quemar, pero la idea sigue en la cabeza, está enterita, eso no se puede quemar. Lo único que podemos hacer es sustituirla por otra idea, a esa idea; es la única manera de acabar con una idea.
Por eso, el capitalismo va directo a atacar la idea, no ataca a los individuos, es de brutos pues atacar a los individuos. De bolas, el capitalismo descubre que estamos armados, ah no facilito, le dimos la patica, porque él está justificado, él ejerce la violencia, él legalizó la violencia, igual que la droga. Todo: droga, narcotraficante, terrorista, proxeneta, cualquier mierda nos inventa y estamos listos, estamos quebrados. Ahora, ¿qué va a atacar él cuando no le estemos disparando?, ¿cuando no le estemos tirando coñazos?, a la idea.


Entonces si la idea se siembra en millones, se jodió el tipo, porque la idea se vuelve virus, como una bacteria, va directo al cerebro y esa mierda pone a accionar el planeta y transforma, vienen acciones y cambios, y para eso tenemos que inventar los medios.

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