Dios y el botín
El
objetivo del poder es obtener botín, pequeño o grande, sea comida, ropa, armas,
herramientas, territorio, símbolos, conocimientos, gente, agua, minerales.
Su
construcción histórica ha pasado por distintas modalidades, desde el arrebatón
descarado, el trueque o diplomacia del sometimiento compulsivo, hasta la
refinación de la diplomacia del mercado, que legaliza y regulariza la razón de
la fuerza que impone quién compra y qué compra. Todo ello sostenido en el
crimen.
Lo
que hace que se constituya el poder es la mezcla del hambre, el miedo y la
ignorancia. Esa complejidad que creó el atraco directo en aquellos tiempos,
arrebatarle al otro, quitarle el botín a los tipos y salir corriendo y ya no
importa si lo mataba o no lo mataba, hasta complejizar eso, llegar a hacer
conciencia de que si lo dejé vivo y después tengo que matarlo. La complejidad
de los ejércitos, la aparición de los estados, pasar por distintas formas de
ser dueño en esos complejos procesos, como el esclavismo, el feudalismo, hasta
llegar a la perfección del poder burgués que es cuando se constituye la
fábrica.
El
arte de la guerra, la más brutal de todas las violencias para acumular y
ostentar poder y beneficio, es en toda la historia el instrumento para
desarrollar esto que llamamos ciencia, tecnología, civilización, progreso,
crecimiento, glamur, decencia, refinamiento, arte, resumido todo en un concepto
llamado humanismo; con la fábrica como su máxima coronación, como su principal
y perfecto logro. Invadir de manera permanente al cuerpo natural.
Los
anteriores sistemas o modos de producción que la guerra generó (todos sistemas
de sometimiento), fueron circunstanciales. No era una esclavitud concebida como
permanente ni eterna. Era sólo un producto de la guerra, una consecuencia más,
como el incendio o la muerte de las personas. Porque quienes tenían el poder,
su único interés era buscar y disfrutar el botín hasta que llegaba otra gente y
le quitaba el botín y los instrumentos para obtener uno nuevo, era un ir y
venir, un devenir histórico en el marco de la tragedia. Pero eso se fue
complejizando, fue creando pensamiento, fue creando filosofía y cuando se llega
la época de lo que llamaron la acumulación primaria de capital, ya para ese
momento había todo un pensamiento constituido, una experimentación, un
conocimiento y es cuando comienza a hablarse de lo humano como una realidad:
las guerras ya no estaban justificadas en dios, en divinidades, en suertes, en
destinos, sino que ya comenzó la guerra a tener un sentido más particular y es
cuando aparece esa clase sustentada en un concepto que es el humanismo, que se
propone ser perpetuo en la historia, lograr ser dios definitivamente.
El reparto
Es
cuando aparece lo humano como concepto, es decir, “yo mismo me dirijo, yo mismo
me mando” y se crean todos unos parámetros sobre esa vaina, parámetros
filosóficos, éticos, morales, jurídicos, estéticos y ese concepto expresa toda
una complejidad que ya venía andando en la historia, que es la constitución de
grandes ejércitos y esos grandes ejércitos necesitaban asentamiento permanente
y esos asentamientos permanentes terminaron constituyéndose en ciudades[1] y esas ciudades requirieron
de leyes específicas, aparecen las fronteras, aparece hacia 1500 el primer
reparto oficial del mundo entre los dos grandes imperios.
El
famoso tratado de Tordesillas y todo especificado en el mapamundi. Y en la
medida en que eso va adquiriendo desarrollo, va apareciendo un aparato de
producción estable, este aparato de producción es el capitalismo, es el modo de
producción capitalista que está sustentado en el concentrar las fuerzas en un
solo punto específico y eso debía ser protegido de manera permanente.
Entonces
las cárceles comienzan a hacerse permanentes, los manicomios, la escuela, los
cementerios. De hecho, no existía la cárcel como concepto hasta entonces, puede
que existieran las mazmorras, lugares de aislamiento pero no de disciplinar.
Como concepto disciplinario la cárcel surge en el marco del capitalismo. Al
igual que la escuela y todas las demás instituciones que nos preparan para la
fábrica. No tenían ese objetivo, ese objetivo comienza es cuando aparecen las
necesidades de la fábrica, de tener el cuerpo de la gente permanentemente, es
cuando se sabe que el cuerpo produce riquezas. Entonces comienza un proceso de
disciplinamiento a través de la escuela y ese proceso va a generar un individuo
disciplinado, obediente, estable, permanente que es el obrero, surge el esclavo
moderno que es el obrero. Somos nosotros que comenzamos a aparecer, en medio de
un saqueo sistematizado.
El cuerpo como botín
La
conclusión a la que llegamos, no sabemos de qué manera lo pudieron haber
expresado los pensadores burgueses, pero cuando resumimos después de algunas
lecturas de Marx y de percepciones que hemos ido teniendo, en conversaciones y
también por el hecho de que a la final hemos sido trabajadores en la fábrica,
llegamos a comprender, que el objetivo definitivo de toda violencia estaba en
el cuerpo mismo de la gente, la macro violencia está dirigida al cuerpo de la
gente, al cuerpo del esclavo. En la complejidad histórica de su construcción
como clase poderosa, los burgueses descubren que la riqueza no estaba en el
territorio, en el río, en el mar, en la mina, estaba en la gente que podía
transformar otras energías y materias primas en riquezas acumulables.
Estas
definiciones son muy modernas, no son de esa época. Para cuando Carlos Marx,
define, desnuda al capitalismo como un sistema de características radicalmente
distintas a los anteriores, ya el capitalismo había pasado por la acumulación
primaria de capitales, se había robado el conocimiento del lejano y medio
oriente, ya se había tragado a África y América con todo y gente, ya era dueño
del mundo entero, ya se había impuesto en su totalidad, los métodos de saqueo,
robo y crimen estaban justificados ya no en nombre de dios, sino en nombre del
humanismo, de la ciencia, del arte, del progreso, de la civilización, de la
libertad, igualdad y fraternidad.
Pero
lo que se descubre en los análisis que hace Marx es que la riqueza no estaba en
los territorios, no estaba en el combustible, no estaba en la energía fósil o
la energía eólica o en la energía solar o la energía hídrica, estaba en la
energía endosomática. Las conclusiones a las que llegamos, que es lo que
estamos tratando de plantear, es que toda esa historia de violencia, al final,
convirtió a la gente en el objetivo de la guerra permanente, que no es otro que
la obtención del botín, es por ello que la fábrica es su más perfecta
maquinaria. En los inicios de la guerra, nosotros no éramos su objetivo, la
gente no era buscada para joderla sino para quitarle lo que tenía, para
quitarle el oro, para quitarle la tierra, para quitarle los cochinos, las
gallinas, para quitarle el botín. Claro está, la gente no se dejaba y eso
producía la muerte como una consecuencia pero no como objetivo.
Si en
ese control, el territorio tenía oro, tenía hierro tenia perlas, lo que fuera,
entonces se instalaban ahí y usaban a la gente como esclavo, pero nunca se
pensó que el esclavo producía riqueza, sino que el esclavo trabajaba la
obtención de la perla y con la perla es que yo compraba, porque se creía que la
riqueza era el objeto en sí mismo o la tierra.
Con
el oro era que yo transformaba o hacía armas, la gente no estaba metida como un
generador energético o como una energía que producía riqueza, imaginamos que
hacia 1800, se comienza a hablar de esas vainas. Para entonces ya la fábrica
está constituida como una productora de riqueza. Ya ha concentrado territorio,
materia prima y gente en una sola dinámica, la guerra se ha transmutado, ya
todo le sirve, no hay desperdicio, se puede obtener la riqueza desde cualquier
parte del planeta sin grandes riesgos, los períodos de disfrute del botín se
alargaron para el dueño, aunque las consecuencias violentas de la guerra sean
permanentes para nosotros los esclavos. Ya la guerra no es un instrumento para
obtener riqueza sino que ella la produce directamente.
La fábrica un complejo militar
Al
aparecer el ser como productor de riqueza, entonces la fábrica nos volvió
objetivo militar, desde su aparición.
La
fábrica es un complejo militar que resume la gran violencia acumulada. La
cultura capitalista es el resumen o la acumulación de toda la violencia que
durante milenios las culturas guerreras amalgamaron hasta volverla necesidad en
el cuerpo natural.
Ahora
podemos entender que la violencia actual se ha refinado, es un arte, es un
hecho jurídico, una razón filosófica, una virtud humana. Ya no es un tipo que
atraca, esos son los inicios, un tipo que le da un coñazo, un palazo a otro y
le quita el botín, entonces ese principio antiquísimo queda en el tiempo actual
en manos de los más pobres, queda en la pistola, el chuzo, el hachazo del
atracador y el atracado, en el cuento de las millones de veces en que nos
estafamos los pobres unos a otros repitiendo en infinito la violencia de la
supervivencia pero que jamás se complejizará al punto de serle un sustituto al
sistema, sino cuando mucho un complemento. Incluso esa misma violencia que
ejercemos los pobres hoy en día, la del arrebatón, el coñazo, el puñaleo, al
igual que cualquier otra, tiene su origen, su dato primario en el robo de la
fuerza de trabajo, que es la fábrica, el empleo.
Fábrica y guerra
El
capitalismo absorbió todo, controló todo y se constituyó en causa, raíz de esta
cultura que somos.
Eso
va ocurriendo en el marco de la misma guerra pero no es una particularidad
mecánica. Ocurre en términos prácticos y se va complejizando, se va sistematizando
la experiencia y luego se va aplicando en mayores escalas, en la medida en que
eso va progresando.
Entonces,
el objetivo final de toda guerra, de toda violencia es extraer el botín, eso
hay que tenerlo claro que siempre va a ser así. El cuerpo es el portador del
botín y es el cuerpo de donde se extrae. Ahora ¿Cómo lo extraigo? ¿Cómo
legalizo ese robo? Tengo que generar una legalidad política, tengo que crear
una jurisdicción, sentar jurisprudencia que me legalice ese robo del cuerpo y
es cuando se crean todos los marcos del trabajo y el capital. Entonces el botín
se llama plusvalía, término que se deriva después de complejas maniobras y
explicaciones económicas que justifican el robo.
¿Por
qué nosotros somos el objetivo militar inmediato? Porque ese sistema termina
siempre colapsando. El mecanismo de producción masiva de riqueza, de extracción
de botín, termina colapsando, como ha pasado otras veces. Las crisis periódicas
del capitalismo. El sistema siempre genera un exceso de mercancía.
Esa
producción de riqueza va a generar siempre un exceso de mercancía y nosotros
somos la mercancía más importante, porque somos la mercancía que produce la
riqueza, pero a su vez somos una mercancía viva que se reproduce a sí misma.
Para cualquier capitalista sería una vaina de pinga que si yo extraigo riqueza
de tí y tú te reproduces, nada tengo que invertir en tí, que vaina tan de pinga
pareciera ser. Pero si genera crisis el stock de mercancía muerta ¿cómo no va a
crear crisis una mercancía que se reproduce y que está obligada a consumir
combustible para poder reproducirse?, ¿de dónde se alimenta sino de la riqueza
que produce?
La pobreza crece siempre exponencialmente
y la riqueza no.
Es
aquí cuando surge la necesidad de eliminar las tres cuartas partes de la población.
¿Eso es nuevo? No. La claridad de que eso había que hacerlo viene de 1800, 1800
y tanto. Con un cura inglés que se llamó Malthus, que es el que habla de esa
exponencialidad y por tanto los pobres debíamos ser eliminados.
De
hecho, para estos intelectuales, para estos burgueses, los pobres no tenemos
existencia, somos una mercancía. Y si eliminan carro ¿por qué no pueden
eliminar gente? teniendo un mecanismo legalizado que es la guerra.
Hace
100 años, tal vez las guerras seguían siendo por apropiación de territorios y
botines. Pero cuando el cuerpo se vuelve el botín, se convierte en objetivo
militar directo, en este caso, porque como mercancía viva que es, se reproduce,
consume riqueza y se hace una amenaza para la acumulación de dicha riqueza para
los dueños del planeta.
De
hecho el consumo empieza a superar la producción y el robo se hace masivo. El
consumo no sustituye a la fábrica, sólo que no se puede mantener un ejército
que no genere botín (porque se lo consume). A finales del siglo XIX, iniciando
el XX, ya los intelectuales burgueses sabían que esa mierda iba para un stock y
por eso crearon una vaina que se llamó la ley antimonopolio para evitar la
concentración de la riqueza en una sola mano. Pero la dinámica de la producción
no podía detenerse, entonces lo que había que hacer era eliminar mercancía
muerta (que no se reproduce). Pero en esa primera guerra mundial no sólo se
eliminó mercancía muerta, sino también mercancía viva (que se reproduce), se
eliminó gente y las guerras pasaron de los lejanos campos, de colinas, de las
cabezas de playas, orillas de ríos, a pelearse directamente en las ciudades
(donde hay grandes concentraciones de civiles). Inventaron la primera guerra
europea, que ellos llaman mundial.
En la
primera gran guerra europea, las batallas comienzan a situarse ya en las
ciudades, para la segunda guerra europea, Londres, por ejemplo, fue destruido.
Hiroshima, Nagazaki y casi toda Europa la destruyeron. Millones de personas
fueron eliminadas. En este momento, por ejemplo, Libia, Siria, Irak, Palestina,
los Balcanes, ahora Ucrania, todos los bombardeos masivos se hacen es en las
ciudades, son eliminaciones masivas de personas, conocidos con el eufemismo de
“Daños Colaterales”.
Y esa
necesidad de eliminar población masivamente les crea otra necesidad a los
dueños, que es eliminar los Estados – Naciones. El Estado es un mecanismo que
aparece en los tiempos de paz (en el descanso de la guerra, el reacomodo de las
fuerzas y los ejércitos) para regular las relaciones, la constitución de las
ciudades y estructuración del sistema. El capitalismo los creó en su momento
para tener estamentos que limitaran el homicidio masivo, para crear reglas para
la guerra y no matarse entre los dueños, pues las necesitaban.
Ahora
saben que es mentira esas fulanas reglas pues necesitan salir a eliminar gente
sin dolor, ni demagogia. Y entonces ahora el Estado es una rémora para el
capitalismo, pues el crecimiento acelerado de la pobreza, que el mismo
capitalismo genera, le es insostenible para sustentar la acumulación de riqueza
de los dueños y por lo tanto el Estado se vuelve un obstáculo para eliminar
pobres en términos planetarios.
Los culpobres
La
violencia que deviene de un sistema económico que nos domina, que nos somete,
tiene que ser analizada desde esa causa y no desde las consecuencias de ella.
Porque a la final los pobres entendimos que no es trabajando como se apropia la
riqueza sino robando como aprendimos de los generadores del delito matriz (el
robo de la fuerza de trabajo nuestra por parte de los dueños).
Por
ejemplo, si sumamos lo que se han robado los 40 mil presos comunes que hay en
el país, incluso los presos de todo el mundo y diera unos 100 millones de
dólares entre todos, nunca superarían el robo de plusvalía diaria que realizan
las fábricas. Imaginemos que las fábricas se robaran un solo dólar diario por
persona, estaríamos hablando de siete mil millones de dólares promedio. De
manera que la violencia de una porción muy pequeña de los pobres no es sino un
acto de defensa, una derivación de la violencia matriz. Un intento de
sobrevivencia que incluso le genera ganancias al capital.
Pero
aparte de eso, los que están presos, es lo que la sociedad ha desechado ya, el
loco, el preso, se convierten en una mercancía desecho. Pero como esa mercancía
se reproduce, hará todo lo que esté a su alcance para sobrevivir y en esa
sobrevivencia se reproduce. Todo ese análisis de la violencia que vemos de los
supuestos expertos, se reduce es a la violencia delincuencial, a la violencia
de los pobres y de los pobres al más pobre. Escondiendo la verdadera razón de
la violencia. Y tanto es así, que en esos análisis, la real violencia, la que
nace del robo de la fuerza de trabajo, de la fábrica, no existe, no aparece
como tal violencia, convirtiendo en violencia sólo la consecuencia, que es la
pobreza.
Uno
de los mitos, por ejemplo, de la violencia en el humanismo, es que el violento
es el carajo sin estudios, pobre, negro, mujer, indio o cualquiera que no tenga
las características del bien bebido y bien comido. Pero resulta que en este
momento hubo 41 muertos a causa de que los ricos quieren eliminar al gobierno
de Maduro e implementaron todo tipo de acciones violentas. Estos son muertos
directos de personas que son estudiantes, profesionales, que viven en sitios que
nada tienen que ver con Petare o la Vega, personas que nunca se han visto en
las páginas rojas de los diarios, gente sin expediente, gente que a lo lejos se
ve que no son caraeculpables. Pero ellos han producido la real violencia, que
está derivada de la razón del poder económico.
Por
eso repetimos, la violencia del pobre está circunscrita a la violencia de la
supervivencia, que es una consecuencia, que no por eso deja de ser violencia;
es igualito a la violencia ancestral por comer. La necesidad de comer, la
necesidad de quitarse de encima el miedo, el hambre, la ignorancia, la
necesidad de tener el conocimiento, lo único que le quedó al pobre fue esa
violencia pequeña. Y esa violencia pequeña nunca va a superar la violencia
instituida, organizada, pensada, concebida, sistematizada, que es la violencia
que se ejerce directamente desde la fábrica.
No se
roba el salario, se roba la plusvalía. El salario es una cuota parte del
producto que generamos los trabajadores, que es para la subsistencia y que los
patrones dicen que es por el trabajo que realizamos, eso es lo que llamamos
salario. Eso es lo que el tipo nos entrega para él quedarse con la gran cuota
parte y robarse la fuerza de trabajo. Toda violencia del pobre, la venta de
droga en la esquina, el arrebatón, el tiro, la puñalada, el chuzazo, a la
final, es consecuencia. Pero sí, hay una causa, el robo de la fuerza de trabajo
legalizado.
La violencia virginal
Esa
violencia primaria, esa violencia causante de las demás, que es el robo de la
fuerza de trabajo y que legalizó el capitalismo, viene en realidad de la
piratería. En el barco pirata se establecía el reparto del botín. En el reparto
se suponía que se repartía en partes iguales, pero el capitán del barco obtenía
una cuota parte sólo por ser capitán. Por ser dueño del barco obtenía otra
cuota parte y le tocaba otra por combatir para obtener el botín. Es decir, él
obtenía tres cuotas partes y el otro, una sola. Entonces para obtener mayor
cuota parte, los otros, que no eran dueños, tenían que mocharse un dedo, un
brazo, sacarse un ojo y lo cobraban; en las fábricas de hoy se pagan los dedos,
las manos, los ojos, la columna. Entonces es de ese acto de piratería que nace
la burguesía. La burguesía nace de uno de los actos de violencia más feroces
que ha producido la cultura de la guerra.
La
sociedad moderna o el humanismo no nace de los artesanos, como dicen, eso es un
mito, es la parte idílica de los burgueses al crear su partida de nacimiento.
No nacen del trabajo, (eso es lo que uno lee de las bellas historias que
escribieron para ocultar sus orígenes criminales), no vienen de los tipos que
estaban en las afueras del feudo y no eran los comerciantes de la vaina. Esta
clase, la más grande criminal de la historia, nace de la más pura y virginal
violencia.
Las
guerras se complejizaron y de bolas que se van estableciendo alianzas de clases
permanentes, porque la lucha de clase es eso, alianzas y desalianzas de las
clases, se alían estos con aquellos, el otro y el otro con tal y se va
constituyendo el poder.
Imaginemos
una cárcel. La cárcel, que es una vaina pequeña. Un pran, supongamos que un
pranato es la sociedad, el pran es el dueño mayor en ese micromundo económico
que es la cárcel. El es el patrón, el principal y además hay pranes de
pabellones; entonces siempre hay guerras entre pranes de pabellones
permanentemente, hay guerra y este tipo le está cobrando la guerra a todos esos
pequeños señores de la guerra dentro de la cárcel, el tipo le está cobrando,
todo el mundo tiene que pagarle la protección a ese tipo, allá nadie puede
estallar la guerra sin pedirle permiso al tipo y el tipo tiene que equiparlos,
tiene que comprarle las armas. Este, a su vez, tiene relaciones afuera,
entonces la cárcel se te convierte en un país, vamos a llevarlo a ese término,
un país y tiene relaciones diplomáticas con los tribunales, con la policía, con
los vendedores de cuanta vaina hay. Así podemos entender cómo la sociedad, la
cultura capitalista, es una madeja criminal en donde todos estamos involucrados
como víctimas y victimarios de manera permanente.
Tan
es así que el capitalismo se reproduce en todas las escalas, que se llega al
extremo de crear cárceles dentro de las cárceles para castigar a los que se
portan mal. De hecho, logró que todos formemos parte de su lógica, cada quien
siendo violento en su escala, pero sin nadie ser mas capitalista que otro, ni
menos capitalista, cada quien a su escala de violencia.
Es
así como la burguesía se va perpetuando criminalmente, como cultura poderosa
que nos hace ser, soñar como ellos, eso sí, humanamente.
[1] Hoy casi tres millardos de
personas viven hacinadas en las principales ciudades del mundo, las cuales
territorialmente representan, apenas un 10% de la totalidad de la tierra
habitable del planeta.
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